Playa en 1970. No hay obesidad, tatuajes, ni implantes de plástico. No hay camas playeras porque tumbarse en la arena desestresa, no hay sombrillas porque el Sol en buena medida fortalece la salud ni hay gafas de sol ni cremas tóxicas. No hay celulares sino gente real hablando en una red social original y sobre todo, no hay líneas blancas en el cielo. No hay nada, pero hay de todo. Hay que volver a lo que funciona, y lo que funciona no es nada de lo que estamos haciendo hoy.
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