viernes, 28 de enero de 2022

Si viaja ella, yo no subo

Los transatlánticos Olympic, Gigantic y Titanic, tuvieron vidas tumultuosas o trágicos finales. Hasta el día que fueron botados compartían diseñador, constructor y tamaño, pero luego de hacerse a la mar solo una. Violet Jessop nació cerca de Bahía Blanca, en 1887, era la hija mayor de inmigrantes ganaderos irlandeses. De joven contrajo Tuberculosis y fue atendida en el Hospital Británico de Buenos Aires. Creyendo que moriría, la familia se mudó a la capital argentina para pasar sus últimos días con ella. Pero el destino se distrajo y mientras Violet se recuperó, el que murió fue su padre.  En 1903 se mudaron a Liverpool donde su madre consiguió trabajo como camarera en la naviera Royal Mail Line. En 1908 su madre muere y la empresa le ofrece el mismo trabajo a Violet para poder mantener a sus 8 hermanos. Era muy buena en lo suyo y pronto fue contratada por la White Star Line que la incluyó en la tripulación del RMS Majesti. Cuando se botó el RMS Olympic, primero de los tres nuevos reyes de los mares, Violet fue asignada como encargada de cubierta. El 20 de septiembre de 1911, con Violet a bordo, el flamante transatlántico chocó con el buque de la Royal Navy HMS Hawke. Luego del accidente, Thomas Andrews, jefe de construcción de los astilleros de Harland & Wolff, tomó contacto con los tripulantes para escuchar sus experiencias en el incidente. El propio Andrews la recomendó para el viaje inaugural del RMS Titanic. Violet Jessop fue una de las 712 personas que sobrevivió la madrugada del 15 de abril de 1912. A bordo del bote salvavidas número 16, fue rescatada por el RMS Carpathia. La camarera debió haber reconocido las señales y conseguir un trabajo en tierra firme, pero no, decidió aceptar un cargo en el tercer hermano de la White Star Line, el RMS Gigantic. Antes de ponerse el uniforme, estalla la Primer Guerra Mundial y el barco fue confiscado por la Royal Navy y rebautizado RMS Britanic. Violet no fue dejada de lado, como conocía el barco hasta el último centímetro, luego de un breve curso, fue incluida en su tripulación como enfermera. ¿A que no saben qué pasó? Al amanecer del 21 de noviembre de 1916, mientras navegaba por el mar Egeo, el barco se topó con una mina submarina y adiós transatlántico. Su bote salvavidas fue succionado por el barco y destruido por una de sus hélices, pero Violet inconsciente fue rescatada. Uno no es quién para agitar los fantasmas de la mala suerte, pero si estuvieras por subir a un barco y Violet Jessop te dijera 'bienvenido a bordo' ¿no te irías poniendo el salvavidas? En su defensa podemos decir que siguió navegando por 40 años y ya no necesitó un bote salvavidas.

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