1. EL ESPACIO
En líneas generales, el espacio no ha de estar muy recargado ni se deben escoger colores demasiado intensos, sino más bien tonos claros o neutros. Lo ideal es una decoración sencilla, amplia y ordenada, de modo que la estancia respire armonía y transmita calma, y donde el niño tenga espacio para desplazarse libremente.
2. TODO A SU ALCANCE
Éste es otro de los puntos clave de Montessori. Todo ha de estar a la altura del niño, de forma que cualquier elemento le sea accesible. De esta forma, se fomenta la libertad de movimiento y el pequeño puede explorar y experimentar su propia independencia.
3. LA CAMA
Nada de cunas con barrotes. Partiendo de la base de que todo ha de estar a su alcance, lo mejor es que la cama esté al nivel del suelo y así el bebé, desde que empieza a gatear, puede moverse libremente sin necesitar la ayuda de un adulto para desplazarse.
4. EL ESPEJO
Un elemento más a tener en cuenta y, probablemente, poco habitual en un dormitorio de bebé. Al igual que el resto del mobiliario, ha de colocarse al nivel del niño para que éste pueda observarse y descubrir su propio reflejo.
5. LOS MATERIALES
Lo ideal es que los juguetes y demás objetos sean de materiales naturales. No es necesario sobre estimularles con juguetes de plástico que tengan millones de luces y sonidos, sino precisamente al revés. Es difícil que consigamos percibir el mismo tacto, el peso o el cuidado que merece un juguete de madera o de tela, por ejemplo, que uno de plástico. Además, los juguetes demasiado elaborados limitan la imaginación.
6. CADA COSA EN SU SITIO
En Montessori hay mucho respeto por el orden. Cada cosa tiene un lugar y esto ayuda al niño a ubicarse y a tener puntos de referencia, por eso no conviene demasiado mover los muebles de sitio, pues el hecho de encontrar y devolver sus cosas siempre al mismo lugar les transmite estabilidad.
7. LAMINAS E ILUSTRACIONES
Es común encontrar láminas o ilustraciones en los espacios Montessori. Estimulan la observación de los pequeños y además embellecen el espacio. Imágenes reales de animales, plantas o paisajes naturales son una buena opción.
Una de las características que deben de tener los objetos y espacios es que la estética sea simple, y en proporción al cuerpo del niño. Se deben de cuidar los colores y armonía de las formas y los espacios para que sean atractivos.
8. MUEBLES
La simplicidad y la falta de sobre estimulación es la clave al abordar el impacto visual. No satures las paredes con fotos, ni llenes la habitación de muebles. Que reine la simplicidad en el cuarto.
Los muebles deben mantenerse al mínimo, dejando mucho espacio abierto para el juego. Los muebles que entren a este espacio deben ser de diseño sencillo con superficies limpias, lavables, y ordenadas. Deben ser accesibles para el niño por su propia cuenta, sin ayuda.
9. TELAS
Debes utilizar tejidos que sean, en primer lugar, de carácter complementario a la paleta de colores existente en la habitación. En segundo lugar, se deben emplear los patrones sutiles y relajantes, y el tema debe llevarse desde la ropa de cama hasta las cortinas por el bien de la continuidad. Cabe señalar, sin embargo, que la enseñanza Montessori, sugirere fuertemente que los padres mantengan habitaciones separadas para dormir y jugar, aunque es comprensible que no siempre es una opción viable.
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